a whole new world.

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y miro por nuestra ventana hacia la preciosa vista..

Un domingo cálido del 2019, me despierta tiernamente el rayo de luz que entra por la gran ventana del cuarto, en la ya muy entrada mañana después de una noche de velas, un par de botellas de vino y una pasión desenfrenada, vivaz y felizmente consolidada. a mi lado está una taza de café cargado y con mucha azúcar. su aroma me embriaga y se une con la luz mañanera...el televisor que jalamos al cuarto para después de la noche, para ver aladdin (sí, a mis treinta y seis todavía disfruto de esa película y aún más con la compañía que tengo) está prendido, y la película está rodando. Suena a whole new world. y de hecho es un nuevo mundo. Acabo de publicar mi segundo libro, pero no hay alegría que supere el hecho de juguetear con mis sábanas blancas mientras veo el reflejo de ella en el fondo del cuarto, donde hay un amplio baño, una cómoda tina y el aparador relleno de los miles de cremas y perfumes que compra cada semana, (yo uso el mismo perfume desde que tengo 22 años) cepillándose los dientes. -dormilona- me dice con la boca llena de espuma -tómate el café que se enfría- -qué las damas como tú no hablan con la boca llena?- -en momentos como éste, los modales no importan, deja tu sarcasmo desesperante y termina el café- dijo, con el cepillo todavía en la boca. Sonrío de medio lado y obedecí la orden sin salir de la cama -y después te lavas los dientes!- -yayayaya está bien, pero después empezamos nuestro domingo- dije antes de sorber el café. Contemplo la vista del cuarto, las velas derretidas por todos lados, el televisor mal puesto, porque usualmente no vemos televisión en el cuarto (es sagrado este espacio) las mesitas de noche, la de ella de un lado, ordenadita con su libro de turno y una botella de agua y la mía del otro lado, llena de papeles con mis anotaciones enredadas de cualquier manera y cuatro libros encima de éstas. Podemos ver las estrellas en la noche por el tragaluz y en una mañana tan radiante como esta hacía que el cuarto se invadiera de una atmósfera cálida. Me levanto después de terminar el café, recojo los restos de las velas y los guardé en la cajita que siempre usamos para tenerlas, y caminé hacia el baño donde ella tenía un sweater azul turquesa. su pelo está enloquecedoramente ensortijado por el peinado que deja el dormir y la amé más que nunca así de simple, sin una gota de maquillaje y con su mirada inquisidora dirigiéndome los ojos de costado y de reojo. Espero a que se termine de lavar los dientes para abrazarla fuertemente por atrás, y de pura pícara y para exasperarla le planto un tierno beso lleno de cafeína en sus lindos labios -nooooo, tus bacterias!- me dice riéndose mientras va por sus enormes pantuflas. me lavo los dientes y vamos a la cocina, donde preparamos champiñones salteados con ajo y mis tallarines de siempre, que comemos una vez al mes para evitar el colesterol, después desperdiciamos óleos en una pelea de pinturas que terminó en un extático arcoíris pasional que se prolongó por horas, después del cálido baño por la tarde para sacarnos de encima las pinturas, ella se acuesta en mis piernas mientras le leo un cuento de las mil y una noches, en el sofá de la casa con la chimenea prendida, mientras nuestra mascota pulula por ahí sin disturbarnos, como si supiera que es uno de esos momentiios de dos. llegaron las siete de la noche, y hay una cena en mi casa con todos los amigos de nuestra familia a las diez, lo que había provocado la afluencia de mucha gente a la cocina, porque todos querían meter su cucharada en el asunto de la cena ya que después de muchos años de amistad, ellos se aburren de mis tallarines..Le daban un aspecto bullicioso a la casa y a mi familia sí, porque era y es una pequeña gran familia. Tocan a la puerta. era mi hermana y su apuesto y buen esposo, ella me abraza fuertemente y con felicidad y él carga una preciosa niña con bucles negros como el pelo de blanca nieves, que estaba profundamente dormida y me dice -es preciosa no?, sus tíos la van a engreír demasiado en esta reunión- la niña lindísima de ojos almendrados con un vestidito floreado de primavera se despierta y mira a la dueña de mi corazón y le dice -mamá, quiero mi peluche- y ella le dice -pero primero un fuerte abrazo a mami- y la niña le responde, o nos responde -las prefiero a ustedes que a mi peluche- -te portaste bien con la tía?- -sí mamá!- dice alegremente, olvidándose de la ausencia de su oso, hacemos pasar a mi hermana y su esposo quienes se unen al bullicio de la gente en la cocina..más gente viene todavía y la noche se pasa de chiste en chiste, charadas, gente peleándose por no decirme que no han leído lo último que escribí, lo cual a ella le causa mucha gracia-mami, tengo sueño, le dijo la niña- -ya, despídete de tus tíos, amor- todos hacen fila para abrazar a la princesita de la casa, interrumpiendo brevemente la velada - mamá, cuando voy a tener a un hermanito-, decía la niña mientras subía las escaleras para llevarla a dormir- y ella respondió, mientras mira mi cara atónita de felicidad y entre los gritos de nuestros amados amigos y familiares que suscitaron su frase -hija, ya viene tu tan esperado hermano, en camino..-